- Enfermedades óseas como la osteoporosis o artritis: la osteoporosis es una enfermedad caracterizada por la pérdida de densidad ósea, lo que hace que los huesos se vuelvan frágiles y propensos a fracturas. La artritis, por otro lado, implica la inflamación de las articulaciones, lo que puede causar dolor, rigidez y limitación en el movimiento.
- Lesiones propias de la edad como prótesis o fracturas de cadera: las prótesis, como las prótesis de cadera, son comunes en personas mayores debido al desgaste natural de las articulaciones con la edad. Las fracturas de cadera, por otro lado, son lesiones graves que pueden ocurrir debido a caídas, debilidad ósea o traumatismos, y requieren rehabilitación para restaurar la movilidad y la funcionalidad.
- Pérdida de coordinación, equilibrio o movilidad: con el envejecimiento, es habitual experimentar una disminución en la coordinación, el equilibrio y la movilidad debido a cambios en el sistema nervioso, músculos y articulaciones. Estos cambios pueden aumentar el riesgo de caídas y lesiones, y la fisioterapia puede ayudar a mejorar estas habilidades para mantener la independencia y prevenir accidentes.
- Enfermedades neurológicas como el Parkinson: el Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta el movimiento, causando temblores, rigidez muscular y dificultad para caminar. La fisioterapia en personas con Parkinson se centra en mejorar la movilidad, la postura y el equilibrio, así como en reducir la rigidez muscular y los problemas de marcha.
- Enfermedades cardíacas o pulmonares: las enfermedades cardíacas, como la insuficiencia cardíaca o las enfermedades del corazón, así como las enfermedades pulmonares, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pueden limitar la capacidad de ejercicio y la función respiratoria. La fisioterapia en estos casos se centra en mejorar la resistencia cardiovascular, la función pulmonar y la capacidad de realizar actividades diarias con menos dificultad respiratoria.
Fisioterapia para personas mayores
Cuando envejecemos sufrimos un desgaste natural que se puede manifestar mediante el dolor, pérdida de equilibrio, pérdida de la masa muscular o perdida de la elasticidad entre otras funciones. A través de la fisioterapia geriátrica, dirigida a personas mayores de 65 años, podemos prevenir y tratar todas estás patologías.
Enfermedades tratadas en la fisioterapia para personas mayores
Cómo abordamos la fisioterapia para ancianos
Estudiando cada caso individualmente, trabajaremos para que el paciente mejore la movilidad, recupere flexibilidad y masa muscular, mantenga su autonomía, reduzca el dolor, mejore la coordinación, pudiendo incluso retrasar el avance de la patología, aumentando así la calidad de vida.