Desde la fisioterapia traumatológica, se tratan diversas afecciones que comprometen el sistema musculo-esquelético. Trabajamos con pacientes que han sufrido lesiones agudas y crónicas y, a través de técnicas específicas, evaluamos y tratamos las disfunciones presentes.
Las intervenciones pueden incluir terapia manual, ejercicios terapéuticos, modalidades físicas como ultrasonido y electroterapia, así como programas de rehabilitación personalizados. El enfoque integral también considera la educación del paciente sobre su condición y la prevención de futuras lesiones.
Entre las lesiones más comunes que tratamos en la clínica desde la fisioterapia en traumatología, se encuentran:
- Luxación: desplazamiento de un hueso fuera de su articulación.
- Artritis y artrosis: inflamación y degeneración de las articulaciones, respectivamente.
- Hernias discales: protrusión del disco intervertebral que puede comprimir raíces nerviosas.
- Fascitis plantar: inflamación de la fascia que recorre la planta del pie.
- Pata de ganso: inflamación de los tendones en la cara interna de la rodilla.
- Trocanteritis: inflamación del trocánter mayor del fémur.
- Músculo supraespinoso: afectación de uno de los músculos del manguito rotador en el hombro.
- Tendón de Aquiles: inflamación del tendón que une el músculo de la pantorrilla al talón.
- Escoliosis: curvatura lateral de la columna vertebral.
- Disfunción de la articulación temporomandibular (ATM): problemas en la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo.
- Accidentes de tráfico y laborales: trauma físico resultante de accidentes.
- Bloqueo articular: restricción del movimiento en una articulación.
- Atrapamiento del nervio ciático: compresión del nervio ciático, causando dolor irradiado.
- Tendinopatías: enfermedades del tendón, incluyendo inflamación y microdesgarros.
Los objetivos que tenemos en nuestra clínica de fisioterapia en Murcia, dentro del ámbito traumatológico, son diversos y se centran en la recuperación integral del paciente. Entre los principales objetivos se encuentran:
- Reducir la inflamación: disminuir el proceso inflamatorio para aliviar el dolor y prevenir el daño tisular adicional.
- Aliviar el dolor: emplear técnicas que disminuyan el dolor y mejoren el bienestar del paciente.
- Recuperar la movilidad: restablecer el rango de movimiento de las articulaciones y la flexibilidad de los músculos afectados.
- Mejorar la funcionalidad: rehabilitar al paciente para que pueda retomar sus actividades diarias y laborales.
- Prevenir recaídas: educar al paciente sobre estrategias y ejercicios para evitar futuras lesiones.
- Fortalecer la musculatura: incrementar la fuerza muscular para estabilizar las articulaciones y mejorar el soporte estructural.
- Reintegrar a la actividad física: guiar al paciente en un retorno seguro a la actividad física o deportiva, adaptando los ejercicios según la evolución de la recuperación.